La jerarquía del Barcelona, en busca del trigésimo título de Copa y cuarto consecutivo, y el crecimiento del Sevilla en los últimos quinquenios, con diecisiete finales en distintos torneos, se miden hoy (2:30 p.m., hora de Panamá) en una final que se estrena en el nuevo estadio del Atlético de Madrid, el Wanda Metropolitano.
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Para el equipo barcelonista, será el primer título que anhela Ernesto Valverde, con el que quiere iniciar su legado en el banquillo de los azulgrana.
Si la suerte le sonríe a los barcelonistas, estos tienen a tiro un doblete, pues si ganan la final al Sevilla quedarán a un suspiro de obtener la Liga, a la que le faltan cinco partidos con el Barça en una posición claramente ventajosa.
Ante ellos llega el Sevilla con unos dientes de sierra en su rendimiento y con lagunas en el juego que dejan dudas para medirse al potente rival.
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El equipo llega a esta final con siete partidos consecutivos sin ganar -cinco de liga y dos europeos-, con tres derrotas y cuatro empates en los que la tónica general fue la falta de efectividad cuando se presenta ante el marco rival.
Obligación
"Ganar en el Barça es una obligación. En los equipos grandes es lo que hay", dijo Ernesto Valverde, técnico del equipo culé.
"No llegamos como queremos, pero puede pasar cualquier cosa", comentó por su parte Éver Banega, mediocampista del Sevilla.
